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El siglo XX es el siglo de las grandes guerras pero es también el siglo del progreso y de la modernidad. En este siglo el diseño industrial adquiere un papel relevante e insustituible en la creación de nuevos productos, y las aportaciones del diseño gráfico a la comunicación, publicidad e identidad corporativa son decisivas en unos mercados cada vez mas complejos y competitivos. En el periodo entre siglos surge el estilo modernista, que en Estados Unidos e Inglaterra se denominó "Art Nouveau"; en Alemania se llamó "Jugendstil" (estilo joven); en Austria "Secesión"; en Francia "Le Style moderne"; en España "Modernismo"; también se le denomino "Liberty". En cualquiera de los casos, todos tienen en común el compromiso por lo nuevo, lo joven y lo moderno. En 1919 se crea la Bauhaus en la ciudad alemana de Weimar, que establecería las bases del diseño moderno. En 1929 para la Exposición Internacional de Barcelona Ludwig Mies Van Der Roche, que después sería director de la Bauhaus diseña el Pabellón Alemán, que es un ejemplo ilustrativo de las aportaciones de la Bauhaus a la disciplina del diseño.
Ludwig Mies Van Der Roche Pabellón
Alemán de la Exposición Internacional de Barcelona, 1929
El Art Déco surge rompiendo con el modernismo en los años veinte y en la Exposición de Paris de 1925 recibe el impulso definitivo. Poco después el diseño alcanzará en Europa y los Estados Unidos su mayor auge. En Estados Unidos a raíz de la crisis de los
años 30, surgida del
hundimiento del mercado bursátil en 1929, los industriales redescubren el
diseño como un aliado estratégico para dinamizar las ventas y solucionar sus
problemas económicos. El mercado deprimido y en recesión, reaccionó
positivamente ante productos con nuevos diseños sorprendentes e insólitos.
En Europa acabada la II Guerra Mundial Alemania reconstruye se economía apoyándose en el diseño de productos de alta calidad y nuevas formas. Uno de los ejemplos más relevantes de la importancia económica del diseño industrial fue el que se produjo en Italia durante la posguerra mundial. Gracias a la creatividad de los diseñadores apoyados por el sector empresarial y al gobierno, se genera una imagen innovadora que les permite colocar sus productos en los mercados internacionales. Hoy el diseño esta considerado como un elemento estratégico para las empresas y los países, ya que el éxito de los productos y de las empresas depende en una parte importante del diseño del producto.
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